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100 anys d'història

La casa de Bernarda Alba

SINOPSI

“La obra teatral de Federico García Lorca, última del autor antes de morir,
sirve para entender muchos aspectos de la situación de las mujeres en el
siglo XX, cuando el marco legislativo no era nada favorable a la hora de proteger sus libertades más básicas.”

«Nacer mujer es el mayor castigo», asegura Amelia, una de las hijas de Bernarda en el acto segundo de La casa de Bernarda Alba, la obra teatral de Federico García Lorca que no pudo estrenarse ni publicarse hasta 1945. La tragedia está aún por llegar, aunque el clima angustiante que domina la obra se palpa ya en esas líneas. Amelia no es una de las hermanas más relevantes para la historia, pero su cita sirve para entender muchas cosas. «Y ni nuestros ojos siquiera nos pertenecen», le responde su hermana Magdalena, antes de que la escena cambie.

En La casa de Bernarda Alba, una madre, sus cinco hijas y la criada que las conoce desde siempre viven el día después de la muerte del padre. Bernarda Alba impone un luto riguroso, siguiendo las más duras normas sociales de entonces, mientras sus hijas sienten caer sobre ellas todo el peso de lo que supondrá. 

Pepe el Romano, que corteja a la rica primogénita, se convierte en un pasaporte a una vida diferente y el catalizador de toda la tragedia.

La obra se convierte en una hábil denuncia de las apariencias, de la hipocresía y, sobre todo, del asfixiante papel que deben cumplir las mujeres de cara a la sociedad. Lorca la escribió en 1936, un período de grandes cambios sociales: durante los años 20 y los 30, tanto en España como en el resto del mundo occidental, estaba irrumpiendo la «mujer moderna», una nueva idea de cómo ser mujer en la que se habían conquistado más libertades, más espacios y más derechos. Sin embargo, y por muy revolucionaria que esta nueva mujer fuese o cambiasen las dinámicas, su situación estaba muy lejos de haberse sacudido de los problemas. 

El machismo seguía marcando sus vidas, algo que Lorca captura perfectamente. Puede que los hombres sean en La casa de Bernarda Alba sombras en el fondo de la escena, pero son ellos, sus deseos y sus expectativas, los que marcan finalmente todo lo que les ocurre a las protagonistas.

Federico

GARCÍA LORCA